Estado de situación
Un negocio con potencial, pero sin una base común para decidir
Una empresa del sector construcción nos convocó luego de varios intentos fallidos por ordenar sus finanzas con herramientas tradicionales. En los primeros intercambios, surgieron frases que resumían su incertidumbre:
“En los listados que prepara la administración se mezclan los gastos corrientes con el pago de deudas heredadas de una mala gestión en el pasado. No terminamos de entender cómo nos va hoy.”
“A pesar de que somos una marca muy demandada, no puedo retirar dinero. Como director, convivo con la sensación de que nos va mal, y esto me desmotiva.”
La empresa enfrentaba una dificultad clave: no contaba con indicadores que permitieran distinguir lo económico de lo financiero. Esta confusión impedía leer correctamente la marcha actual del negocio.
La caja estaba ajustada, pero no se entendía por qué. ¿Era porque el negocio no estaba funcionando bien? ¿O era porque los buenos resultados estaban siendo absorbidos por deudas del pasado?
Esa falta de claridad generaba dos consecuencias importantes:
Por un lado, decisiones desacertadas en temas sensibles como las negociaciones salariales y la contratación de proveedores estratégicos, lo que erosionaba la performance y ponía en riesgo la calidad del producto.
Por otro, una pérdida progresiva de motivación por parte del dueño, que quedaba atrapado en el manejo cotidiano de pagos, distrayéndose de tareas clave como la gestión de compras y el seguimiento de obras. El corazón del negocio empezaba a resentirse.
Estrategia
Ordenar los datos para tomar decisiones con confianza
Reorganizamos los números para que la información pudiera mostrar, con claridad, la diferencia entre la situación económica y la financiera.
Construimos un informe que reflejara el resultado real del último año, excluyendo el peso de las deudas heredadas. Además, creamos un cash-flow con la finalidad de planificar en el corto plazo un incremento del retiro mensual, sin afectar la caja ja de la empresa, y poder visualizar un horizonte de tiempo a partir del cual el nivel de endeudamiento dejaría de ser tan pesado y permita retirar y/o invertir.
Al mismo tiempo, trabajamos en la readecuación de los parámetros de negociación de salarios y honorarios del equipo de trabajo y contratistas clave, equilibrando la búsqueda de rentabilidad y liquidez, y el fortalecimiento de los vínculos comerciales entre la empresa y los funcionarios y proveedores clave.
Impacto
Más foco, más motivación, más creatividad
Con el nuevo modelo financiero en funcionamiento, el equipo directivo comprendió que el negocio estaba funcionando bien: la tensión provenía únicamente del arrastre financiero.
Esto permitió definir estrategias creativas para incrementar el nivel de retiros sin comprometer la salud del negocio, y prever el alivio de la carga financiera en un plazo definido.
“Logramos visualizar costos ocultos y optimizar nuestros márgenes sin perder competitividad.”
Dueño
El cambio de perspectiva trajo alivio y renovó el foco: el director y su equipo volvieron a concentrarse en la gestión del negocio, en lugar de estar apagando incendios. La renegociación de honorarios y salarios resultó positiva en la mayoría de los casos, y ayudó a sostener la efectividad operativa y la calidad del producto final.
El camino elegido comenzó a dar resultados visibles: mayor volumen de ventas, mejor rentabilidad y un marco de trabajo práctico para afrontar los desafíos propios de una empresa familiar en crecimiento.
Por Mariano Lalli
Consultor en estrategia y gestión, y cofundador de Nugo. Desde 2010 acompaña dueños que quieren mejorar la rentabilidad y el dominio de su negocio.
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